Lula no sabe qué hacer con 760.440 regalos

22 nov. 2010

La legislación brasileña obliga a los presidentes salientes a ocuparse de todos los obsequios recibidos durante su mandato.


El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que el día 1 de enero, después de ocho años en el Gobierno, pasará el mando a la reciente vencedora en las elecciones, Dilma Rousseff, tendrá que llevarse a su casa nada más ni nada menos que 760.440 regalos. Son todos los obsequios recibidos durante su mandato. Algunos proceden de reyes y otros de simple campesinos. Pero da lo mismo: lo importante es que no sabe en dónde va a meterlos.

Una ley del 30 de diciembre de 1991 promulgada por el entonces presidente de la República, Fernando Collor, especifica que todo aquello que el presidente recibe en el periodo en el que ejerce la Jefatura del Estado pasa a ser de su propiedad. Tiene que llevárselo con él a su casa cuando abandona el cargo y puede dejarlo en herencia a sus descendientes. En caso de venta de algunos de esos objetos, tendrá preferencia de compra el Estado.